120 Aniversario BNCJM- Uniendo pasado y presente.Un tesoro entre maderas. 2 Parte.

21/5/2021
Por: Olga Vega García, Biblioteca Nacional José Martí

Complementando la noticia anterior Una referencia inolvidable. I parte.

se comenta ahora ese libro antiguo de la decimosexta centuria, muy valioso y curioso, que hizo las delicias de su curadora, de la especialista Msc Nancy Machado Lorenzo y del investigador de siempre Andrés Díaz Arenas, asiduo asistente a la Sala de Colección Cubana por décadas, entre otras muchas personas que disfrutaban con su lectura reiteradas veces.

• Tolomeo, Claudio, fl. S.II n.e. Eis Thn Tetrabiblon Toy Ptolemaiou Exegetes Anonymos in Claudii Ptolemaei Quadripartitum enarrator ignoti nominis, quem tamen proclum suisse quidam existimant item ... -- Basileae : ex officina Petriana, 1559 . 1v. (pag. var.) : il. ; 32 cm.

El mapamundi de Ptolomeo se basó en la descripción recogida en su Geographia escrita hacia el año 150. Nunca se han encontrado mapas originales del autor pero sus referencias al mundo antiguo permitieron a los cartógrafos a partir del siglo XIV reinterpretar sus ideas.   Ha de recibir atención especial en esta obra la presencia de la Isla de Cuba, la cual no por irreconocible y de muy pequeñas dimensiones ha de ser obviada como aporte al estudio de la Cartografía Cubana.

El autor, Claudio Tolomeo, llamado también en las fuentes Claudius Ptolomaius fue un astrónomo, matemático y geógrafo griego que floreció en el Siglo II de nuestra era y ejerció una notable influencia hasta la época de los grandes descubrimientos.  Muy poca información llega de él, y en las fuentes bibliográficas se repite lo dicho por el resto.  En su obra se recopilan las técnicas sobre el trazado de mapas y se incluyen las coordenadas geográficas correspondientes a diferentes lugares del mundo conocido hasta entonces, he ahí su aporte.

Este libro antiguo, muy raro, consta de tres partes: la primera tiene al final el colofón con fecha de septiembre de 1559, seguido por mapas con información complementaria y un colofón fechado en marzo de 1552 seguido por el  Appendix geográfica.  La primera parte presenta un texto  bilingüe en griego y latín, con el alfabeto correspondiente a cada lengua. 

El material ilustrativo es muy abundante, compuesto por letras capitales, viñetas, y materiales cartográficos de gran tamaño profusamente decorados con detalles relacionados con pobladores, flora, fauna y los ya habituales monstruos, marinos o terrestres, en los que la fantasía sin límites de los grabadores se ponía de manifiesto.  

Los  recuadros brindan ulterior información sobre personajes de todo tipo, véase así los casos de Francia e Italia, decorados al estilo renacentista con la representación de los cuatro evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, entre otros motivos religiosos que dan el toque especial que se repite ya en portadas de siglos posteriores.

Tiene adherido un sello de A. de St. Ferriol, y se desconoce la vía de adquisición en la biblioteca nacional. 

La encuadernación del grueso volumen de cerca de 300 páginas y de gran formato es de época, de madera y pergamino, con cierres metálicos y tapas grabadas, la cual se encuentra ligeramente deteriorada, pero es un ejemplo fascinante de lo que constituía una encuadernación típica de la era del libro manuscrito, de los incunables y de los libros antiguos del siglo XVI. Pesadas y difíciles de manipular, son cada vez más escasas en las bibliotecas al ser atacadas por los insectos,  teniendo que ser repuestas con el transcurso del tiempo. 

El papel está algo degradado y manchado, pero es de mucho cuerpo, como es propio de ese siglo en el que se obtenía a partir de fibras textiles, y   resistente a la reiterada consulta por parte de los estudiosos, con una durabilidad muy superior al de los papeles modernos. Reiteradamente se ha expuesto que los libros científicos en muchos casos no sobrevivieron hasta la actualidad por la constante manipulación a que eran sometidos, aunque por suerte no ocurrió así en esta oportunidad.

Tiene inscripciones manuscritas en la anteportada sobre la obra,  relativas a su edición.  Igualmente como detalle de interés presenta fe de erratas y un índice analítico para el mejor manejo del texto.  Se mantiene el uso del reclamo y de pequeñísimas anotaciones marginales.  

En resumen, puede afirmarse que se dispone en la institución de un apreciable tesoro por la cantidad y calidad de información que guarda en sus hojas para disfrute de todo tipo de lectores, en particular los vinculados con la geografía y la historia universal, permitiendo apreciar la visión de ellas en dos etapas y con el valor agregado de un preciosísimo material gráfico, de un tema no siempre conocido por aquellos que acuden a los “raros y valiosos” para velar por la fidelidad de los datos suministrados y hacer sus libros lo más fieles posibles a las fuentes originales. 

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA. 

Vega García, Olga. Un mundo maravilloso entre maderas... curioso atlas de la decimosexta centuria», Librínsula, No. 334 (en línea) http://librinsula.bnjm.cu/secciones//tesoros/334_tesoros.html (Consulta: 1 nov. 2014).