Concurso Leer a Martí. Memorias Edición 2016. Una carta muy bonita

19/3/2021
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Les recomiendo que lean esta carta escrita por una niña de 11 años, 6º grado, provincia Sancti Spíritus y que fue ganadora en 2003. Las cartas son muy recurrentes en el Concurso, pero cada una tiene un toque personal que es digno de volver a leer.

Carta a mi querido maestro

Por Yailiany Díaz Valdivia

Banao, 20 de abril de 2003

Año de gloriosos aniversarios de Martí y del Moncada

Estimado Martí:

¡Cuánto me reconforta leer los versos que usted le dedicó a su hijo José Francisco! ¡Qué consuelo siento en mis noches de soledad!, y usted se preguntará ¿por qué? Mi señor, mi padre está lejos, hace 4 años que no puedo sonreír con él, porque vive en los Estados Unidos. Él ha querido muchas veces llevarme consigo, pero yo, aunque sentí mucho dolor al verlo partir, he decidido quedarme en Cuba con mi madre, porque Cuba es el único país en el cual se puede corretear y jugar libremente sin problemas, además es el país que me vio nacer y el país que me convirtió en pionera.

En estos momentos estoy sufriendo en carne propia la separación de mi papá y considero el dolor tan grande que usted sintió al verse lejos de su esposa, su hijo, su familia y su patria. Ahora comprendo por qué usted titula su libro Ismaelillo si ese no era el verdadero nombre de su hijo, comprendo también que ese nombre significa ´´ser fuerte contra el destino´´ y le prometo que yo también seré bien fuerte para soportar este dolor y seguir adelante como usted lo hizo, aunque con muchas diferencias porque ya mi país es libre como usted lo quería y tengo a mi alrededor a mi mamá, mis amigos y mis maestros, que me apoyan y me guían. Y tengo también este hermoso libro titulado Ismaelillo, que permanece debajo de mi almohada, me reconforta y me alivia

¡Ah! Se me olvidaba contarle que el poema que más me gusta es ´´Mi pequeñuelo´´, porque al igual que su Ismaelillo todas las mañanas cuando papá estaba me daba los buenos días con un gran beso. Además, papá decía que mis 2 pies eran frescos y que reía mucho, como su pequeñuelo, también decía que mis pies eran pequeños y que cabían en solo un beso como los pies de su José Francisco. Y ahora, aunque no tengo cerca a mi papá, me consuelan sus poemas, Martí, y muchas veces creo que también soy su Ismaelillo y me veo puesta a horcajadas sobre su pecho, sobre ese pecho que tanto luchó para que todos los niños de América fuéramos libres y viviéramos felices, por eso estoy segura de poder seguir adelante. Y estoy segura también de que usted no se molestará conmigo si le digo mi gran amigo, mi gran compañero y ¿por qué no? Mi querido papá, porque para usted ´´ (…) los niños son los que saben querer, (porque) los niños son la esperanza del mundo´´, y los quería a todos como quiso a su Ismaelillo

Sólo me resta agradecerle el amor que usted profesó a los niños y además por ser mi consuelo en los días y noches de tristeza, donde los deseos de salir volando como una alegre golondrina para poder abrazar a mi papito y regresar antes de que el sol asome sus 1 eros rayos para ser la 1.ª en llegar a mi escuela, se me quitan a leer su libro lleno de amor, entonces vuelve la tranquilidad a mi inquieto corazón

Mi querido maestro, ya es la hora de la despedida, pues mañana tengo clases y ya son pasadas las 10, pero lo haré con un beso de oro, como su magnífico libro

Recíbalo con cariño de su hija,

                                                 Yailiany