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Foto de Concurso Leer a Martí. Memorias Edición 2003. América

Concurso Leer a Martí. Memorias Edición 2003. América

10/3/2021
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Cada día me sorprende más la creatividad de niños y jóvenes, lean este relato escrito por un niño de la provincia Camagüey y que fue ganador en 2003 y estaba en 6º grado.

Los zapaticos de América

Por Adriel Mederos Matos

Amanece un día lleno de ternura y amor en La Edad de Oro, pero algo extraño sucede: los niños entran y salen tristes de la biblioteca de una escuela en Camagüey, dan vueltas y vueltas alrededor del lugar, sin pronunciar palabra.

Algo había ocurrido, pero ¿qué? Todos los personajes de los cuentos, ansiosos de conversar con los pioneros, deciden investigar. Al fin descubren la tragedia: ¡los zapatos de Pilar han desaparecido! ¿cómo pudo suceder?

Los protagonistas de La Edad de Oro se reúnen para organizar la búsqueda. Lo 1.º es elegir al jefe. A viva voz se escuchó un clamor unánime: ´´ ¡el camarón encantado! ´´

Con gran maestría el camaroncito dirigió la reunión. Bebé, como buen dibujante, confeccionó un mapa de América Latina que su mamá le había enseñado a hacer

-nene y su papá buscarán en las principales ciudades de México- dijo el camarón señalando con un puntero a ese país-. Meñique con su gigante explorará Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá. Loppi y Masicas deberán buscar en Colombia, Venezuela y Ecuador. Bebé y su primo Raúl, que están ansiosos de colaborar, visitarán al hermoso Brasil. Piedad y Leonor irán a Perú y Argentina. La mora, aunque aún está triste por su perla, nos ayudará recorriendo Chile y Bolivia. Por último, nuestra amiga la mariposa se ha ofrecido para volar hacia Paraguay y Uruguay.

-¿Cómo llegaremos hasta allá? Pregunta Masicas frunciendo el ceño

Yo puedo prestar mi coche que los podrá transportar a todos- dice Pilar con lágrimas en los ojos-. Le daré poderes especiales al coche. Yo estaré aquí esperando noticias

Pronto el coche estuvo listo, todos subieron y ¡a volar! Pilar se quedó pensativa y llorosa en la playa

Buscaron en los lugares que más frecuentaban los niños: las bibliotecas, los parques y las escuelas; preguntaban sin cesar, se comunicaban constantemente con el camarón; los niños que iban conociendo la historia se sumaban a la búsqueda. Todos comenzaron a amar La Edad de Oro y se entristecían por lo sucedido

El camarón, siempre frente a su mapa, seguía cada movimiento de sus amigos y les aconsejaba de manera muy certera

Los personajes de La Edad de Oro, que nunca habían salido de su hermoso libro, sufrían mucho al ver la situación en que vivían los niños de América Latina

- ¡Qué lástima, unos niños tan pequeños trabajando! - decía Loppi a Masicas

-es verdad, Loppi, no tienen casa donde cobijarse, ni alimentos, y su educación es muy pobre

- ¡Tan felices que son nuestros niños en Cuba! –repuso Loppi

Es una gran experiencia para nosotros, casi nos habíamos olvidado que La Edad de Oro está dedicada a todos los niños de América.

-creo que he obrado muy mal siendo tan ambiciosa Loppi, debimos haber realizado este viaje antes

Pero un día llegó una buena noticia. La mora comunicaba que tenía una pista, se encontraba en Bolivia y hablaban con un niño de la calle

- ¡Eh, chico! ¡ven acá que quiero conversar contigo! Yo soy la mora de Trípoli, la de la perla

-perdone, señora, ¿la conozco de algún sitio?

-yo soy la mora de Trípoli, la de la perla- replica la mora-, la de La Edad de Oro

-he oído hablar de La Edad de Oro, pero no sé leer. La edad de los niños de Bolivia no tiene que ver con el oro, el oro sólo lo conocen los ricos; los pobres como yo sólo conocemos el trabajo y la calle

-sí, en pocos días he conocido tu triste historia, y te prometo que te ayudaremos. Te contaré que me trae a tu país. La mora en breves palabras explicó al niño lo sucedido y este le dijo:

-vi a un niño en el parque con los zapatos que buscas, no quería decir de dónde los había sacado, son muy bonitos; sin embargo, el niño no parecía estar muy contento, te llevaré con él

Juntos se dirigieron al parque. Había muchos niños acostados en los bancos, no tenían buen aspecto, se protegían del frío con periódicos y sus miradas eran tristes. La mora sintió pena por ellos y se sintió avergonzada de haber estado tanto tiempo llorando por una perla, a espaldas de tanta miseria. Vio a un niño descalzo, con un short roto y un largo pulóver sucio. En una de sus manos brillaba algo: ¡los zapaticos de rosa!, con la otra sujetaba fuertemente a una niña más pequeña que él, descalza también

Al volver a La Edad de Oro, la mora contó lo ocurrido. Los zapatos de Pilar los había tomado un niño de Bolivia para regalárselos a su hermanita en su cumpleaños. Cuenta la mora que el niño lloró con mucha vergüenza cuando supo la importancia de los zapaticos para el resto de los personajes, pero su mamá no tenía dinero para comprarle un regalo a su hermanita y por eso él los había tomado. Todos contaron sus experiencias y enviaron varias colecciones de este preciado libro a los niños de América. Aunque sabían que esto no resolvería sus problemas, querían colaborar

El día siguiente en la biblioteca transcurrió feliz, los niños cubanos leían los cuentos de su libro favorito, ya no tenían motivos para preocuparse. Sus ´´zapaticos de rosa´´ estaban allí.