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Foto de 120 Aniversario BNCJM- Un guerrero en la Biblioteca Nacional. A Tomás Fernández Robaina en su 80 cumpleaños

120 Aniversario BNCJM- Un guerrero en la Biblioteca Nacional. A Tomás Fernández Robaina en su 80 cumpleaños

7/3/2021
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí

Las últimas entregas de sus “memorias” en la Biblioteca Nacional decidió publicarlas en mayo de 2020, cual sorpresa y regalo para quienes seguimos sus ocho artículos en la página web de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. No era la primera vez que se sentaba a emborronar cuartillas, pues aproximadamente en 1998 escribió la primera versión de sus vivencias como bibliotecario. Sin embargo, la experiencia vital de Tomás Fernández Robaina es más rica, mucho más intensa que las páginas escritas a la altura de sus ochenta años, al margen del atroz confinamiento impuesto por un nuevo coronavirus que cambió los destinos del planeta Tierra.

Tomasito para sus colegas bibliotecarios y también para quienes le conocen en Cuba y allende sus mares, encarna la historia de la Biblioteca Nacional José Martí en sus últimos cincuenta años, considerable cifra que es testigo de la entrega, el sacrificio y las ansias de superación de aquel joven nacido en el Barrio de Belén de la Habana Vieja, el 7 de marzo de 1941, quien llegó a la Biblioteca con el objetivo de trabajar en la Campaña de Lectura Popular liderada por los doctores María Teresa Freyre de Andrade y Salvador Bueno. Corría el año 1962 y no sospechaba que ese lugar se convertiría en su otra casa hasta el día de hoy.

De los múltiples aportes de Tomasito a la Bibliotecología cubana desde la BNJM, principalmente en materia de estudios bibliográficos, da fe su extenso currículum que no es preciso detallar, solamente destacar su Bibliografía de Bibliografías, publicación que en consideración de la doctora y bibliógrafa Araceli García Carranza “marcó un hito en la recuperación de la información con vistas a la futura creación de múltiples repertorios de consulta, abrió puertas a nuestra profesión bibliotecaria e impulsó la investigación bibliográfica”. Dicha contribución no bastó a su espíritu rebelde e inconforme, “cimarrón” como él mismo se autonombra. Consciente de cuán difícil resultaba la anhelada empresa intelectual, irrumpió en un camino de grandes tropiezos donde fortaleció su espíritu, dejando a su paso una estela de luz, de mucha luz.

Investigador de la cultura cubana, de nuestras raíces africanas, de la historia social del negro en Cuba, además de profesor, conferencista, promotor cultural, pero principalmente Bibliotecario -con mayúsculas- como siempre lo expresa en cada tribuna donde alza su voz. Los colegas de su casa conocemos de la pasión que lo caracteriza, y cuánto agradecimiento manifiesta hacia sus maestros, en especial por la doctora María Teresa Freyre de Andrade. Si le dan la palabra se emociona, llora, y hace llorar al auditorio. El agradecimiento hoy va por tu Biblioteca. Felicidad, felicidad, felicidad…