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Foto de Concurso Leer a Martí 2000. Que intensa la relación entre hijo y padre.

Concurso Leer a Martí 2000. Que intensa la relación entre hijo y padre.

27/9/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Hoy creo les gustara leer esto de una niña de 12o grado, con solo 16 años y que fue ganadora del 2000 del Concurso Leer a Martí, ella es de La Habana y estaba en la Escuela IPVCE Vladimir Ilich Lenin. 


´´Hijo del alma´´

Anabel Medina Díaz


Mis párpados llevaban sobre sí el peso de un normalmente agitado día de estudio, mas algo inexplicable los obligaba a continuar abiertos. Allí, junto a la cama, había un libro pequeño. El sueño estaba a punto de vencerme cuando comencé su lectura:

         ´´Hijo:

Espantado de todo, me refugio en ti

Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti

Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado para profanarte así. Tal como aquí te pinto, tal te ha visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me aparecido. Cuando has cesado de verte en una forma, he cesado de pintarte. Esos riachuelos han pasado por mi corazón

¡Lleguen al tuyo! ´´ 

No podía precisar cuántas veces había leído esta dedicatoria. Muchas, sin dudas, pero ninguna había despertado en mí tantos maravillosos sentimientos. Supe entonces, con total certeza por 1ra vez, que otros padres, casi todos, aman a sus hijos con la misma intensidad con que los míos me aman

Cerré los ojos un instante

Trataba de imaginar a aquel hombre extraordinario, autor de los más diversos ensayos, discursos, poemarios, epistolarios…; pero no podía: sólo conseguí representar en mi imaginación al más amante de los padres.

Recordé de pronto mi infancia más temprana, mis días felices junto a mamá y papá, y sentí compasión por aquel hombre que evocaba a su hijo en vez de verlo crecer. Y pensé en ese niño, en lo mucho que debió necesitar a su padre.

Sin darme cuenta apenas, comencé a recorrer cada uno de los versos. Fui príncipe enano, caballero y reyecillo, y comprendí el significado más puro de la palabra hijo. Supe de palabras trocadas en melodía y de añoranzas sublimes.

Fue entonces cuando creí en el futuro y lo quise inminentemente. No podía experimentar el amor más profundo: el de una madre, y sentí envidia de aquel hombre que, aunque lejos de su hijo, lo llevaba consigo y lo sabía suyo.

Luego imaginé a un bebé en mis brazos, colmado de mimos y arrullos, y me puse feliz. Pensé en las obligaciones y en los sacrificios, pero me parecieron insignificantes ante tanta dicha. Olvidé el mundo por unos segundos, y soñé.

Y admiré aún más a este hombre de corazón gigante, por haber sacrificado su amor de padre en aras de la patria, por su fortaleza de espíritu, por haber sabido educar a su hijo de la manera más admirable y difícil: con su ejemplo. ¡Cuánta grandeza albergada en un solo ser!

Más tarde desperté, y entristecí. Pero más me indigné al saber que vivo en una sociedad donde algunos no conocen el amor de padre. Y me pregunto: ¿es tan complicado demostrar el cariño y saberlo inculcar? Yo seré madre, y lo que más añoro es poder besar y acariciar a mi hijo, y enseñarlo a amar para que pueda recibir amor. Luego, pasado el tiempo, sabré recoger el fruto de mis esfuerzos, y compartiré los versos de aquel hombre:

Por las mañanas

Mi pequeñuelo

Me despertaba

Con un gran beso… 

Entonces habré alcanzado la plenitud que deseo, y podré decir oronda que soy hija de mi hijo, porque él será mi necesidad y mi orgullo, mi complemento y mi triunfo. Juntos, seguiremos el ejemplo de ese hombre de talla inmensa que supo ser, ante todo revolucionario, y que consolidó el amor hacia lo bello y el deseo de admirar como una flor a todos mis semejantes, como él al llamar ´´rosilla nueva´´105 a su pequeño hijo.

De esta forma, había vivido más que leído cada una de las palabras de José Martí, el autor de la luz anunciadora de la nueva poesía en la América Latina: el Ismaelillo

Sin embargo, noté de repente que mi índice derecho marcaba aún la 1ra página del libro. Nunca lo comprendí, sólo comencé a leer.