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Foto de Esteban Valderrama y Peña: Retratos y símbolos pinareños

Esteban Valderrama y Peña: Retratos y símbolos pinareños

16/9/2020
Por: Jorge Luis Montesino Grandías., Biblioteca Nacional José Martí

En las Actas Capitulares de la Provincia Pinar del Río conservadas en el Archivo Provincial, se recoge la siguiente escritura: “Leese una comunicación del Sr. Esteban Valderrama y Peña dirigida al Sr. Gobernador Provincial ofreciéndose para hacer los retratos al óleo de los tres Gobernadores de Pinar del Río electos por elección popular señores Luis Pérez, Indalecio Sobrado y Manuel Herryman, y cobrando por dichos retratos a razón de doscientos por cada uno. Se acuerda autorizar al Ejecutivo Provincial para que del Capitulo “Imprevistos”, del próximo presupuesto tome la cantidad de quinientos pesos con el objeto de que adquiera los ofrecidos cuadros” . Solicitud que no fue la primera ni sería la última oportunidad en la cual el tan prestigioso artista académico habanero se vinculara con el territorio más occidental de Cuba, sobre todo en el plano artístico. Este es uno de los aspectos inexplorados por la historiografía pinareña y la del arte cubano. Las líneas que continúan señalan algunos aportes del mencionado pintor, dibujante, ilustrador y pedagogo a la conformación de una identidad visual regional a través del retrato, el paisaje y la heráldica. 

En 1919, con 27 años de edad, Esteban Valderrama Peña (Matanzas, 16 de marzo de 1892-La Habana, 1955) había realizado estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes “San Alejandro”, de La Habana, en “San Fernando” de Madrid y también en París. En Cuba integró el claustro de la academia habanera a partir del 2 de agosto de 1918, impartiendo la cátedras de Anatomía Artística, Historia del Arte, Colorido y Composición, además, de Perspectiva. En las décadas subsiguientes desarrollaría significativas labores dentro del llamado “arte académico”: retratos al óleo, dibujos al pastel o tinta, retratando a diversas personalidades del mundo político, social y artístico habanero y cubano en general; trabajó el paisaje y realizó esculturas.

La trilogía de retratos a los Gobernadores pinareños mencionados en las líneas introductorias, fue concluida hacia 1921. Tres años antes, es decir, en 1918 Valderrama estampó su firma al óleo sobre una tela de igual forma relevante para esta provincia. Se trata de una pintura curiosa dentro de su quehacer artístico, en la cual había captado los rasgos físicos y expresivos de la insigne pinareña Isabel Rubio. El cuadro re-crea, amplifica la imagen y personalidad de la mambisa, quien estuvo al servicio de las tropas independentistas en tierras pinareñas hacia finales del siglo XIX. El lector podrá constatar que Valderrama y Peña no traza una imagen hierática en primer plano, soberbia postura en campo de batalla o en plena faena asistencial como enfermera, sino que aporta la crónica visual de una mujer concentrada, escribiendo con su pluma en blancas hojas de algún libro de notas; observando fijamente a los que ahora la miramos; frente a ella en el futuro de su retrato.        

La década de 1920 hace coincidir el ascenso cultural de la región vueltabajera con el periodo de notoria participación social del joven y hábil academicista por tierras de occidente. No solo debido a la facturación numérica de las obras mencionadas, sino, además, por sus contenidos fundacionales en lo concerniente a la esfera política, social, artística y cultural en general de dichos aportes para la Cenicienta y para Cuba. Porque se conoce que no abundaron artistas en esta zona, siendo varios de ellos los que intentaron y hasta lograron contratar sus servicios creativos para perpetuar, siempre magnificando como era usual entonces, la imagen de algún prócer o figura político-gubernamental de la provincia. Antes de concluir dicho período, Valderrama y Peña legó otras contribuciones a la cultura y el arte muy dignos de ser valorados puesto que integran un conjunto considerable de trabajos contiguos a su labor desarrollada en La Habana. Cuenta un busto al intelectual y pedagogo español-pinareño Leandro González Alcorta, ubicado en el antiguo Instituto de Segunda Enseñanza, hoy Universidad Hermanos Saiz. En este caso sobresalen dos pinturas de valor excepcional, porque concentran aspectos definidores de la cultura pinareña: un óleo sobre el parque de Consolación del Sur, y otro en el cual el pintor plasma el nuevo Escudo de la Provincia. El primero data de 1927, debido a las gestiones e interés del gobernador provincial Ramón Fernández Vega. Según Oscar Cabrissas, periodista de la época: “Nuestro Gobernador, Ramón Fernández Vega, ha querido tener en el Gobierno Provincial, como en la mente la visión de su pueblo y para ello el notable artista Valderrama, con singular maestría ha llevado al lienzo un paisaje del precioso Consolación del Sur. En el se distingue su majestuosa Iglesia, hacia la que se dirige el sacerdote de la parroquia, así como su arbolado y bello parque, sus paseos, sus parques, etc.” . El segundo, es un escudo concluido en 1928 en colaboración con el prestigioso historiador vueltabajero Emeterio Santovenia; ambas obras integran los fondos del Museo de Historia Provincial. Como dato de interés, menciono los blasones oficiales correspondientes al Municipio de Mantua –en el extremo occidental− y al de la provincia de Matanzas.

Su participación no fue una más, ni únicamente le propició la oportunidad de engrosar sus erarios en una época de escaso mercado para los artistas cubanos, sino que de esta forma pudo contribuir al desarrollo de la identidad y el patrimonio visuales, aristas fundacionales para el territorio vueltabajero. Las fuentes documentales que he podido examinar revelan, siempre en la línea de aportes de este significativo artista, una estrecha relación con la cultura vueltabajera desde 1918 hasta la mitad del siglo. 

Aparte de los ejemplos expuestos, Valderrama retrató al pedagogo y escritor pinareño Pedro García Valdés. Asimismo, en la prensa provincial se publicaron dibujos suyos a relevantes figuras: Leandro González Alcorta, Carlos Juan Finlay, etc. En la colección privada de una familia residente en la ciudad prestigiada con su arte, se encuentra otra representación a una señora quien tuvo parentesco con el pintor. En múltiples ocasiones, dirigió cartas a las autoridades gubernamentales proponiendo acciones de intercambio con la Escuela “San Alejandro”, una de ellas refiriere la entrega de su libro La Pintura y la Escultura en Cuba (La Habana, 1954) al pintor y profesor local Félix Nogueira Morejón, impreso destinado a las bibliotecas de diversas instituciones.    

Las pinturas, esculturas y dibujos producidos por Esteban Valderrama, su presencia y labor creativa en el contexto pinareño de la primera mitad del siglo XX, conforman un arte del auto-reconocimiento a escala socio-cultural, como se ha visto, sobre todo, a nivel icónico, contribuyendo a la creación de la identidad visual de Pinar del Río y de referencia nacional.











Foto de Isabel Rubio. Retrato. Óleo sobre lienzo. 1918 . Isabel Rubio. Retrato. Óleo sobre lienzo. 1918 .
Foto de Comandante Manuel Herriman. Retrato. Óleo sobre lienzo. 1921. Comandante Manuel Herriman. Retrato. Óleo sobre lienzo. 1921.
Foto de Coronel Indalecio Sobrado. Retrato. Óleo sobre lienzo. 1921. Coronel Indalecio Sobrado. Retrato. Óleo sobre lienzo. 1921.
Foto de Coronel Luis Pérez. Retrato. Óleo sobre lienzo. 1921. Coronel Luis Pérez. Retrato. Óleo sobre lienzo. 1921.