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Foto de Correo desde la Isla de la Dignidad. En el 63 Aniversario de la fuga de Armando de la Audiencia de La Habana, el 4 de julio de 1957

Correo desde la Isla de la Dignidad. En el 63 Aniversario de la fuga de Armando de la Audiencia de La Habana, el 4 de julio de 1957

23/7/2020
Por: Eloisa M. Carreras Varona , Biblioteca Nacional José Martí

El joven combatiente Armando Hart debía volver a la provincia de Oriente, a fin de ejecutar una misión de propaganda que les había encomendado Fidel, pero él no la pudo ejecutar, porque resultó detenido por las fuerzas del Buró de Investigaciones, en la Estación de ómnibus de la Virgen del Camino, en La Habana. Sus familiares presentaron de inmediato un recurso de Hábeas Corpus y realizaron diversas gestiones para que se le pusiera a disposición de los tribunales y gracias a ello luna vez más logró salvar la vida. Porque tras el escándalo que se armó en toda la capital, porque se encontraba desaparecido, antes de las setenta y dos horas lo tuvieron que trasladar a la prisión preventiva y demostrar que estaba vivo. 

Varias veces a la semana la tiranía llevaba a los presos políticos a las vistas de sus juicios ante los magistrados, en el antiguo Caserón de la Audiencia de La Habana que estaba ubicado detrás del Palacio del Segundo Cabo. Armando conocía muy bien esas instalaciones, por eso en la mañana del 4 de julio de 1957, protagonizó su audaz fuga de la Audiencia de La Habana, y los periódicos del movimiento clandestino Revolución y Sierra Maestra, publicaron la noticia. 

La fuga fue preparada por él, mucho tiempo antes desde de recibir la sanción del tribunal. Con gran picardía narraba como preparó el plan para escapar y lo hacía como si se hubiese tratado de un juego inocente. En realidad, estuvo varios días meditando sobre la posibilidad real de evadirse del local de la Audiencia y finalmente, sin contarle a nadie, se animó a ejecutar su plan el día 4 de julio de 1957, cuando ya había sido inculpado. 

Los hechos sucedieron así, con anterioridad había solicitado a su familia que le enviaran un pullover blanco que se puso debajo del uniforme de preso. Como tantas otras veces realizó el recorrido hasta el viejo edificio, bajo la atenta mirada de los custodios; había alrededor de 30 compañeros presos junto a él en aquella hilera interminable. Lo condujeron por la escalera trasera del inmueble hasta la sala superior de espera. Al llegar allí, el guardia que escoltaba la fila de presos, entró a revisar el lugar, mientras los prisioneros esperaban afuera. Armando calculó que disponía de escasos segundos para lograr su propósito, por ello siguió caminando hacia el corredor contiguo y uno de los compañeros de la fila que estaba detrás de él, lo vio y le dijo: “Armando, no es por ahí, es por la otra puerta”, a lo que él rápidamente respondió: “Discúlpame, pero yo sé exactamente por dónde es”. Avanzó hacia la derecha del segundo piso, se quitó la camisa de presidiario y se quedó con el pullover, luego se dirigió a la escalera que conducía al portón de salida por el frente del edificio. Y logró salir sin ser advertido ni molestado, por una de las puertas principales. Luego caminó con paso apresurado, pero sin correr para no llamar la atención, por el costado del Palacio del Segundo Cabo, hasta internarse en La Habana Vieja. 

Pudo llegar a la casa de un conocido de la familia y de inmediato le pidió ayuda: “No se preocupe, deme un traje de civil y algún dinero que me marcho enseguida”. Ya vestido de cuello y corbata y con diez pesos en el bolsillo, se dirigió hacia el edificio del Ministerio de Hacienda y luego de diversas peripecias consiguió enviar un mensaje a Haydée y al Movimiento, por medio de su tío Gabriel Dávalos. 

En el mensaje le decía: No te alarmes. Estoy bien. Te ruego hagas lo que te digo abajo y no lo comentes absolutamente con nadie. Mi vida anda de por medio. En ti la confío en lo que respecta a este importante mensaje. Localiza inmediatamente al esposo de Marinita. Dile que haga llegar urgentemente a quien él sabe que yo estoy en casa de la persona que me escribía en máquina. Que manden urgentemente a buscarme. Dile también que manden a casa el recado de que estoy bien. Nadie debe saber que tú trasmitiste el recado a ese señor. Debes ir ahora mismo. No debo pedirte perdón pues tú me comprendes. No debo darte las gracias pues tú me quieres, Rompe esta, Tuyo, Armando.

Varias fueron las familias cubanas que, en aquellos difíciles momentos, brindaron su apoyo y ofrecieron sus hogares para la protección de los audaces combatientes clandestinos, quienes ni en estas trágicas circunstancias de inseguridad total y riesgo para sus vidas dejaron de realizar las labores del Movimiento.

Por la resonancia del caso y para capturar a Hart con la mayor brevedad posible, la tiranía y sus cuerpos represivos desencadenaron una tremenda persecución y registros de viviendas por toda La Habana, pero fracasaron y quedaron ante la opinión pública en completo ridículo porque no lograron capturarlo. 


Foto de Los periódicos publicaron la denuncia hecha por su madre de la detención y desaparición de Armando, tras los sucesos de la estación de Ómnibus de la Virgen del Camino. Los periódicos publicaron la denuncia hecha por su madre de la detención y desaparición de Armando, tras los sucesos de la estación de Ómnibus de la Virgen del Camino.
Foto de Fragmentos de la prensa, en la que se da a conocer la amañada sentencia por el Tribunal de Urgencia, en junio de 1957. Fragmentos de la prensa, en la que se da a conocer la amañada sentencia por el Tribunal de Urgencia, en junio de 1957.
Foto de Denuncia de Armando de los maltratos de que fue víctima en las cárceles de la tiranía.  Denuncia de Armando de los maltratos de que fue víctima en las cárceles de la tiranía.
Foto de El recurso de Habeas Corpus a favor de Armando, que el coronel Orlando Piedra impidió su ejecución. El recurso de Habeas Corpus a favor de Armando, que el coronel Orlando Piedra impidió su ejecución.
Foto de Nota del Coronel Cantillo jefe del SIM, en la que confirma la fuga de Armando de la Audiencia de la Habana el 4 de julio de 1957. Nota del Coronel Cantillo jefe del SIM, en la que confirma la fuga de Armando de la Audiencia de la Habana el 4 de julio de 1957.